Son aquellos tratamientos que se realizan en pacientes en crecimiento.
Este tipo de ortodoncia soluciona problemas de origen óseo, consiguiendo resultados que no se podrían lograr una vez ha terminado el crecimiento. Por este motivo, recomendamos que lleves a tu hijo/a al dentista a partir de los 6 años, para poder actuar a tiempo si así fuese necesario.
Con aparatos simples y cómodos de llevar se pueden lograr resultados impresionantes. Además, nos gusta individualizar los aparatos según los hábitos y necesidades de cada niño.